Tengo una amiga, qué pena, condenada biológicamente. Se llama Cristina, vive en Brooklyn. Se tiñe el pelo y habla por las noches. Le falta vitamina E y se la toma en capsulitas (yummy yummy). Pobre. Está condenada biológicamente, traicionada desde dentro que es el peor origen que una traición puede tener. Es una condena complicada, ¿sabes por qué? Porque mi amiga tiene vocación de abuela sin tener instinto de madre.
Si tan sólo pudiera inventar una libertad condicional para el instinto materno…
Jejejeje, muy bueno : )